lunes, 13 de febrero de 2012

“No bajes los brazos ante la primera caída, levántate y vuelve al camino”.

   El Programa "Jóvenes Embajadores" dejó a sus participantes grandes amistades, conocimientos, pero lo más importante, lecciones que quedarán marcadas para siempre en la vida de cada uno de ellos. De toda experiencia se aprende, eso seguro, pero que a la vez, la reflexión esté presente por encima de todo; eso significa que ésta no sólo valió la pena, sino que también, contribuyó a cambiar el pensamiento de esas personas. Por ende, se convierte en un motor que puede contribuir a un mundo mejor; más abierto y con menos prejuicios. Eso fue lo que hizo "Jóvenes Embajadores 2012", dejó una enorme huella en sus participantes, quienes serán los encargados de trasmitir sus aprendizajes y lograr sus objetivos, en pos de un país mejor; donde cada vez haya más jóvenes involucrados ayudando y luchando para el progreso y desarrollo de sus comunidades.
 Álvaro Fernández (Minas) revela sobre esta experiencia, haciendo hincapié en las reflexiones que le dejó.
Álvaro en Estados Unidos

-¿Qué reflexiones le dejó el viaje? ¿Sobre qué aspectos lo hizo reflexionar?
-Muy buena pregunta para empezar. Este viaje fue un sueño lleno de aprendizajes, creo que todos los días fueron muy productivos. En particular me hizo reflexionar sobre lo que los medios de comunicación muestran de Estados Unidos y sobre lo que éste de verdad es. Cómo Joven Embajador pude observar cosas que cómo turista nunca las hubiera visto. Cuando fuimos a hacer servicio comunitario a un merendero, me di cuenta de que estaba conociendo la otra cara de este país; pobreza, locura y delincuencia fueron algunas de las cosas que me llamaban la atención, debido a que éstas imágenes no coincidían con la imagen de superpotencia que tenía previo al viaje.  No todo es color de rosa, no todo es perfecto, también existe un tercer mundo dentro de los Estados Unidos.                                                                                                                                     
A pesar de que hablábamos diferentes idiomas, que nacimos y vivimos en distintas culturas, es increíble cómo a pesar de estas cosas, tenemos intereses comunes y preocupaciones que nos identifican. Todos queremos un mundo mejor, sin violencia, donde cada persona sea un agente de cambio en la comunidad donde vive. Norteamericanos escuchan música de Latinoamérica y latinoamericanos escuchamos música estadounidense.Distintos pero iguales a la vez. Interesante.
La última noche que estuvimos en Washington hicimos una actividad para despedirnos, fueron momentos de silencio en los cuales, cada uno tenía su espacio para expresar lo que sentía y ser escuchado. Uno de los jóvenes no se sentía muy bien porque extrañaba a un familiar, que  había fallecido. Cuando contó eso, la piel se me erizó y me hizo sentir mal, porque muchísimas veces, personalmente, no valoro lo que tengo. En ese momento hice un clic y me di cuenta de que uno mientras tiene lo que tiene, es necesario cuidarlo, porque no sabemos nunca cuando lo dejaremos de tener.

-¿Qué cosas piensa cambiar en su vida luego de esta experiencia?
-En primer lugar creo que algo que ya cambié fue cómo miraba y valoraba a mi país. Ahora puedo decir que más allá de todos los problemas que tengamos cómo uruguayos, somos afortunados de vivir en un país cómo éste. Tenemos acceso a muchas cosas, pero no las aprovechamos, no nos damos cuenta de la importancia de ciertos servicios que nos brinda el Estado.
Para ir a la Universidad en USA debemos pagar. En nuestro país para obtener un título no debemos pagar casi nada, en cambio, a los jóvenes nos cuesta darnos cuenta de la importancia que tiene poder estudiar con tan sólo tener las ganas de hacerlo.
Personalmente, luego de esta experiencia, pienso comprometerme más con mi comunidad, tratar de luchar todos los días un poquito para que la sociedad en que vivo mejore. Con mayor compromiso se logran más cosas, y en este año quiero lograr varios proyectos.
Esta maravillosa oportunidad, abrió las puertas a nuevas oportunidades. Cuando estábamos en el Departamento de Estado recibimos algunas charlas, en las cuales, se nos brindó información acerca de las diferentes redes que ya formamos parte, por sólo haber sido parte de “Youth Ambassadors Program”.

-¿Qué fue lo que más le gustó?
-Todo. Vivir con una familia que pertenece a otra cultura y tratar de adaptarme a vivir cómo ellos fue algo totalmente nuevo para mí, y cien porciento enriquecedor. Levantarme a las seis y media de la mañana todos los días, desayunar huevo frito con panceta y jugo de naranja, cenar a las siete de la tarde y acostarme a las diez de la noche fue todo un desafío. Pero más allá de las comidas aprendí muchísimo acerca de los Estados Unidos; de esta manera obtuve una visión distinta a la que nos muestran los medios de comunicación.

-¿Cuál considera que es la mayor diferencia que hay entre Estados Unidos y nuestro país?
-El idioma es una diferencia notoria.  Lo asombroso de esto es que pude darme cuenta de lo importante que es conocer otros idiomas, lo cual me permitió comunicarme sin mayores problemas. Otra diferencia que me llamó mucho la atención es el peso que tiene la economía en la vida cotidiana de las personas, la familia queda en un segundo plano por consecuencia de un materialismo extremo. Recuerdo en este momento una frase que me dijo Tim, mi “padre anfitrión”, y fue lo siguiente: “Work, Work, Work, Spend, Spend, Spend”. Esta frase traducida: Trabajar, Trabajar, Trabajar, Gastar, Gastar, Gastar ;muestra claramente la mentalidad de la mayoría de los norteamericanos. Creo que ahí está una de las diferencias sociales más grandes.

-¿Le costó mucho adaptarse a convivir con una familia que no conocía? ¿Y despedirse?
-Adaptarme fue bastante fácil, por suerte me tocó una familia muy abierta, lo que me permitió interactuar fácilmente con ellos. Me sentí muy cómodo en la casa y ya por último era uno más de la familia. El entusiasmo por conocer nuevas personas y  culturas fue más fuerte que el miedo a no poder adaptarme al estilo de vida. Lo que generamos durante las dos semanas y media de convivencia se vio reflejado en el momento de despedirnos. Fue muy duro dejar a estas dos grandes personas que me recibieron con los brazos abiertos y sin siquiera conocerme, pero con muchas ganas de tener una nueva experiencia, la cual estoy seguro será inolvidable para todos, tanto para ellos cómo para mí. Cuando Tim me dejó en la estación del BART para ir al aeropuerto lloré, y eso que soy bastante duro para hacerlo, me cuesta horrores. Esas lágrimas fueron una forma de decir “los voy a extrañar mucho”. Nos dimos tres abrazos con Tim. Espero algún día volverlos a ver.

-¿Este viaje colmó sus expectativas?
-Colmó y superó, aprendí muchísimo acerca de todo, no sólo sobre trabajo comunitario que fue sobre lo que fuimos a capacitarnos, sino también, vivir ahí fue algo grandioso. Desde que nos levantábamos hasta que nos acostábamos estábamos aprendiendo algo.

-De los lugares que visitaron, ¿cuál fue el que más le gustó?¿Por qué?
-De los lugares que visitamos el que más me gustó fue la “Farm”. En este lugar aprendí como una iniciativa entre vecinos logró solucionar un problema de inseguridad. En el medio de la ciudad existía un terreno baldío, al cual personas concurrían a consumir drogas y alcohol, lo que producía mucha inseguridad en la zona y en todo el vecindario. Los vecinos decidieron cerrar este terreno y hacer lo que ellos llaman una “Farm”, que es similar a una granja. Personas que carecen de alimentos van a este lugar y plantan alimentos para su propia subsistencia. Se solucionó la inseguridad, y además de esto, se les “da una mano” a los que más lo necesitan.

-De todos los conocimientos obtenidos ¿Cuál cree que fue el más importante?-Los talleres de cómo armar un proyecto de trabajo comunitario fueron muy productivos para evacuar dudas de los proyectos, y venir a Uruguay con algo ya armado para empezar a trabajar. Considero los conocimientos que obtuvimos en los talleres cómo los más importantes,  debido a que fue ese el propósito del viaje.

-¿Qué vio en Estados Unidos que considera que falta en Uruguay?
-Valorar más la educación. En Estados Unidos si quieres estudiar una carrera tienes que pagar. Cómo en Uruguay es gratis nadie valora lo que es poder estudiar sin tener que pagar las sumas de dinero que se pagan en Norteamérica.

-¿En qué consistió la capacitación?
-Recibimos talleres sobre cómo armar un proyecto de trabajo comunitario, y además de eso realizamos distintas visitas a diferentes lugares, en los cuales se hacía algún tipo de trabajo comunitario y de los que muchas veces tomamos  parte y colaboramos trabajando cómo voluntarios.

-¿Qué le diría a los jóvenes para que "se animen" a participar de este tipo de programas?
-Son oportunidades únicas e irrepetibles. Nunca hay que decir “yo no puedo ó yo no sirvo para esto”, con intentar no se pierde nada. Es una oportunidad que te abre muchas otras puertas para un futuro no muy lejano. Es una motivación a seguir haciendo lo que has venido haciendo durante años. Cuando uno queda seleccionado para formar parte de estas experiencias, tiene la obligación de disfrutarlas al máximo, porque  es un privilegiado poder estar ahí. Muchos otros jóvenes querrían tener esa oportunidad y no la tienen, así que si te toca “dale pa` delante”. Nunca debemos olvidar ser agradecidos con Dios que siempre nos acompaña y nunca nos abandona.

-Al enterarte que eras uno de los ganadores en un comentario dijiste que esto era una lección para ti ¿A qué te referías con eso?
-Fue hace un par de meses atrás, ya casi no me acordaba que había escrito eso, pero si recuerdo a que hacía referencia. Antes de postularme para ser Joven Embajador me postulé para otro programa de la Embajada de los Estados Unidos en Uruguay, conocido como “Jóvenes Corresponsales”, trabajé muy duro en el trabajo que tuvimos que presentar, realizando una entrevista al Director del Matadero Solís, y me sentí muy defraudado cuando me enteré que no había sido seleccionado para ser Joven Corresponsal. Ya no quería saber más nada con ningún tipo de programa, ni nada por el estilo. Resulta que al mes de recibir aquella noticia, a través de la página de Facebook de la Embajada, me enteré de la existencia de un programa llamado “Jóvenes Embajadores”, me sentí interesado, pero a su vez, no quería saber nada, ni sufrir una vez más una desilusión. Al final decidí postularme y finalmente quedé seleccionado.  En eso está le lección que recibí; “no bajes los brazos ante la primera caída, levántate y vuelve al camino”.

-Alguna anécdota...-¡¡¡Me encontré con un hincha de Peñarol en Washington!!!  Así es. Estábamos en el Museo del Espacio y mientras iba caminando, me dice Agus - otra joven embajadora- “Álvaro me pareció ver a un chiquilín con una bufanda de Peñarol allá a la vuelta”; me fui corriendo casi a ver si lo veía, lo encontré, lo miraba, mejor dicho miraba la bufanda para asegurarme de que dijera “Peñarol” y no otra cosa. Cuando confirmé que era una bufanda del cuadro más grande del mundo, le pregunté al chiquilín cómo había llegado a obtener la bufanda. En ese momento fue que me comentó que había estado acá en Uruguay haciendo una pasantía y que había ido a ver a Peñarol contra Vélez en el Centenario y ahí se había comprado la bufanda. Ahora es un hincha más del cuadro. Me puso los pelos de punta, nunca imaginé encontrarme a un norteamericano hincha de Peñarol. 

   Sin lugar a dudas, esto demuestra que el esfuerzo vale la pena. Valija Informativa felicita a los organizadores del Programa por el éxito que éste nuevamente tuvo. Así cómo también, a los jóvenes seleccionados y a todos los que se postularon, invitándolos a seguir trabajando con el fin de lograr sus objetivos.


Notas relacionadas: Entrevista realizada por la joven corresponsal Helen Bernatzky a Anaia Betarte y Santiago Daverede, jóvenes embajadores 2012.
http://coloniawakeup.blogspot.com/2012/02/una-experienciaenriquecedora-programa.html
http://valijainformativa.blogspot.com/2012/02/mas-que-un-viaje-una-experiencia-unica.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones Cynthia por la nota y grande Alvaro!!
Seguro vas a llegar lejos; me alegro que hayas disfrutado la expeciencia.
Es un orgullo para nosotros que seas un Joven Embajador. Nos vemos pronto,
Vero

Cynthia Rocha dijo...

Muchas gracias Vero por su comentario!!! Saludos cordiales, Cynthia

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